Después de media década, Juan Díaz mejor conocido como PlanetaJuan es resultado de escuchar y entender a una comunidad. Esto, lo llevo de un empleo como ingeniero financiero a YouTuber y posteriormente a ser un emprendedor.
En esta ocasión hablaremos de la historia de emprendimiento de PlanetaJuan y al finalizar el video entenderás como el entorno fue una fuente de inspiración para él.
En palabras de Juan, él es un Colombo-Panameño-Argenti-Canadiense así como lo escuchas. Su padre es Argentino y salió de su país siendo joven en busca de aventuras y oportunidades, llegó a Colombia después de un largo recorrido por Sudamérica y fue en Bogotá donde encontró a su madre. Tras enamorarse, su padre decidió continuar la búsqueda de oportunidades y aventura en Panamá, en aquel entonces era el país que prometía prosperidad y ambos tomaron camino.
Fue así como Panamá se convirtió en su ciudad natal por dos años, hasta que su padre fue a la tienda por unos cigarrillos y ya no regresó. Sin entender mucho de la vida Juan tomó camino de regreso a Bogotá con su madre y es por ello que se siente más Colombiano que una pega de arroz.
El gen de la aventura lo heredó de su padre, al que conoció 25 años más tarde, es así como varios años y viajes después decidió irse a vivir a Canada. Llegó a Canada en 2011 como estudiante de posgrado con 3,000 dólares en el bolsillo y desde entonces estuvo buscando cómo hacerse una vida mientras estudiaba.
Su canal de YouTube nació como una necesidad que tenía de compartir con sus familiares y amigos su vida y rutina en Canadá. Primero inició con una cuenta de Instagram compartiendo fotografías de sus viajes por el Mundo y Canadá, esto le dio popularidad entre la comunidad latinoamericana y de aquellos que desean emigrar a este país.
En diciembre de 2019, mientras trabajaba hizo un video sobre cómo obtener la ciudadanía canadiense al manejar un camión en Saskatchewan el cual se hizo viral tanto en Facebook como en YouTube donde al día de hoy tiene 1.7 millones de reproducciones.
Tiempo después de este video renunció a su trabajo y empezó a dedicarle más tiempo a YouTube. Si bien tuvo quienes le preguntaron qué iba a hacer si su idea de YouTuber fallará, el les respondía, cuando trabajas como empleado das por hecho de que siempre tendrás un empleo y recibirás tu paga, incluso esos días en que no tienes muchas ganas de ir a trabajar. Pero, la realidad es que los dueños de las empresas están en búsqueda constantes por mantener las empresas operando para poder pagarle sus salarios a los empleados, de donde los empleados pagan sus impuestos, salud y servicios. El riesgo de hacer lo que disfruto es él mismo que como empleado, claro que hay más responsabilidades, pero los beneficios son mayores como independiente.
Como resultado de la viralización del video de obtener la ciudadania canadiense manejando camiones, empezaron a salir muchas estafas que estaban usando su foto y video para quitarles plata a la gente que querían irse a trabajar a Canadá. Esto le molesto sobremanera a Juan y después de un trabajo de investigación y muchas reuniones con empresas de migración y de lo que fuera necesario, Juan se puso como misión ofrecer un servicio de orientación migratoria para evitar que siguieran haciendo estafas con su imagen.
He aquí como nace la marca de su emprendimiento, un cambio en el entorno lo llevo a emprender. Podemos ver que el QUÉ es claro, “ofrecer orientación migratoria para irse a Canadá” y el PORQUÉ es “ayudar a otros latinos para vivir el sueño de vivir en Canadá y evitar que otros hicieran estafas usando su imagen”. Es por ello que durante el último año ha estado trabajando en ello ayudando a muchas personas que desean irse a estudiar o trabajar en Canadá.
En su pagina web planetajuan.com podrán encontrar su sitio donde brinda esta asesoría migratoria para hacer una transición a Canadá fácil, amable y divertida. PlanetaJuan cuenta con un equipo de trabajo que le apoya para hacer realidad este emprendimiento y esto nos recuerda que debemos hacer alianzas o encontrar aquellas personas que nos pueden ayudar a concretar nuestro QUÉ y PORQUÉ.
Ahora me queda una pregunta para tí, ¿existe un límite para reinventarse?